miércoles, 26 de julio de 2017

16 de noviembre 2015

Siempre digo que una persona no es amiga mía hasta que no puedo saber como piensa. Me gusta pensar y repensar todo. Me gusta la política. Bueno, creo que pensar y política son lo mismo, aunque apunto más a resolver y pensar juntos soluciones que a confrontar y mi forma de actuar es justamente esa, actuar. En estas épocas de bombas, de Oriente y Occidente, de ballotage, de enfermedades y muertes; pienso. Sigo creyendo que la única forma de pensar la paz está en la educación y en los niños/as, en eso pongo mi granito de arena diario. Trabajo cada día en mi familia y en ayudar a pensar la niñez con amor y armonía. Y mi forma de pensar y de hacer política siempre será la escuela, mi familia y el teatro.
Como decía Foucault: "Pensar ni consuela ni hace feliz. Pensar se arrastra lánguidamente como una perversión. Pensar se repite con aplicación sobre un teatro; pensar se echa de golpe fuera del cubilete de los dados. Y cuando el azar, el teatro y la perversión entran en resonancia, cuando el azar quiere que haya esta resonancia, entonces el pensamiento es un trance y entonces vale la pena pensar".

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